JOHANN MORITZ RUGENDAS
Johann Moritz Rugendas, más conocido como Juan Mauricio
Rugendas, pintor, nació en Augsburgo, Alemania, el 29 de marzo de 1802 y murió
en Weilheim, ciudad del mismo país, el 19 de mayo de 1858. Hijo de Regina
Lachler y de Johann Lorenz Rugendas, director de la Academia de Artes de
Múnich.
El dibujo a lápiz, el óleo, la acuarela, el grabado y la
litografía fueron los medios plásticos que Rugendas utilizó durante la parte
Más relevante de toda su obra, realizada en América.
Sus trabajos de corte costumbrista, de estilo entre
romántico y naturalista, son verdaderos testimonios gráficos del pasado
latinoamericano, y nos muestran una exuberante belleza natural, la vida de
criollos, mulatos e indios, paisajes urbanos, la indumentaria y costumbres
americanas, fiestas paganas, escenas callejeras.
Rugendas viajó a América por primera vez en 1821, con una
expedición científica al Brasil en la que participó como grabador y dibujante.
Allí permaneció cinco años. Interesado por la geografía y por las escenas
típicas de pueblo, sus dibujos representan detalles botánicos y relatan las
costumbres indias. Esos dibujos se caracterizan también por una minuciosidad
cientificista que facilita los estudios comparados.
Al
volver a su pais, la producción de Rugendas es elogiada por Alexander von
Humboldt y despierta el interés de Engelmann, famoso editor de álbumes
litográficos, quien le propone la publicación de cien litografías basadas en
los apuntes tomados en Brasil. La edición, titulada Voyage pittoresque dans le
Brésil, tiene una buena acogida.
Su segundo viaje se inicia en 1831. Salió de Europa hacia
Haití desde donde pasó a México. Durante su estadía en este país (1831-1834)
trabajó intensamente; se conocen alrededor de dos mil obras sobre temas
variados: trajes típicos, flora, fauna y pueblos indígenas. En México,
Rugendas fue encarcelado y desterrado del país, acusado de haber conspirado
contra el gobierno del general Anastasio Bustamante.
El artista posee especial importancia en muchos países latinoamericanos;
en el caso de Chile, destaca la fructífera producción que sirve como verdadera
crónica histórica.
INBA
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